MEDITACIONES

de     P. F.

Los jueces: Sansón y el pueblo de Israel


Léase por favor Jueces 15:9-20


Si tenemos dudas acerca del estado del pueblo de Israel en esta época, pienso que los versículos 9-11 de nuestro capítulo contestarían todas nuestras preguntas.

“Entonces los filisteos subieron y acamparon en Judá, y se extendieron por Lehi. Y los varones de Judá les dijeron: ¿Por qué habéis subido contra nosotros? Y ellos respondieron: A prender a Sansón hemos subido, para hacerle como él nos ha hecho. Y vinieron tres mil hombres de Judá a la cueva de la peña de Etam, y dijeron a Sansón: ¿No sabes tú que los filisteos dominan sobre nosotros? ¿Por qué nos has hecho esto?”

¿Cómo podía continuar Sansón como juez de Israel dado tales condiciones entre el pueblo de Dios? ¡Tres mil de sus hermanos vinieron para reprenderle por haber molestado a sus enemigos, los filisteos! Debería haber sido grande desanimo a Sansón escuchar la incredulidad y bajo estado de sus hermanos estar más contentos de servir a los filisteos en vez de arriesgar su contentamiento en servidumbre para ser libres a servir a Dios. Pero el problema estaba en sus corazones. Así los líderes de Israel preferían quedarse bajo el control de los romanos y Cesar, que aceptar al Hijo de Dios, Jesucristo su Mesías. “Entonces los principales sacerdotes y los fariseos reunieron el concilio, y dijeron: ¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchas señales. Si le dejamos así, todos creerán en él; y vendrán los romanos, y destruirán nuestro lugar santo y nuestra nación.” Juan 11:47-48 “Pero ellos gritaron: ¡Fuera, fuera, crucifícale! Pilato les dijo: ¿A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los principales sacerdotes: No tenemos más rey que César.”

Fácilmente vemos la tristeza de la nación de Israel rechazando a Sansón y muchos años después, a su Mesías, el Señor Jesús. La condenamos con tranquilidad. Acaso sea más difícil aplicárselo a nosotros mismos. El problema en Israel de estar resignados al dominio de los filisteos era porque no les molestaba tanto que otras naciones como en los tiempos de Gedeón cuando les empobrecía tanto que no podían casi comer. No estaban libres para servir a Jehová pero eso no les molestaba tanto. Así los romanos con la nación de Israel les dejaban continuar con todo lo externo de su religión, al menos que sus corazones no se acercaban a su Dios verdadero, a Jehová. Y estaban contentos con este distanciamiento. ¿No es así el mundo con nosotros, los cristianos en el día de la gracia? No se preocupan si somos religiosos a cierto nivel; eso si aceptan. Lo que no quiere el mundo es que nosotros seamos verdaderamente seguidores de Jesucristo. “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.” 1 Juan 3:1 “Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece. Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán…” Juan 15:18-20

Amados hermanos, tengamos cuidado que nuestro testimonio al mundo sea que somos seguidores de Cristo. Si es así, podemos estar seguros que como odiaron a nuestro amo, así nos van a aborrecer. Los hermanos de Sansón, tres mil de ellos, le ataron ellos mismos con cuerdas nuevas, pensando entregarlo en las manos de los filisteos. Pero no fue posible. “los filisteos salieron gritando a su encuentro; pero el Espíritu de Jehová vino sobre él, y las cuerdas que estaban en sus brazos se volvieron como lino quemado con fuego, y las ataduras se cayeron de sus manos. Y hallando una quijada de asno fresca aún, extendió la mano y la tomó, y mató con ella a mil hombres.”

Muy interesante es que el Espíritu de Jehová usaría a Sansón con su arma siendo la mandíbula de un asno recientemente muerto. El asno es un animal terco e inmundo (y así una ilustración del hombre carnal), pero aun así vemos a Dios usando el asno de Balaam para reprenderlo, y no olvidemos que Cristo entró en Jerusalén sobre pollino de asna. Acaso aquí con Sansón nos habla de la mano de Dios separando al hombre viejo (el cual es la raíz de toda maldad en nosotros) del hombre nuevo y usándolo en su servicio. “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.” Colosenses 3:1-3

Después de su gran victoria, Sansón se encuentra en una situación demasiado rara, pues a pesar de tener la fuerza de ganar la victoria sobre mil filisteos, no podía vivir sin agua como todo hombre. “Y teniendo gran sed, clamó luego a Jehová, y dijo: Tú has dado esta grande salvación por mano de tu siervo; ¿y moriré yo ahora de sed, y caeré en mano de los incircuncisos? Entonces quebró Dios una muela que estaba en la quijada, y salieron de allí aguas, y bebió, y recobró su espíritu, y reanimóse.” Así vemos que el agua de la vida salió de la muerte, la muerte del Señor Jesucristo en la cruz. Sin esto, no somos nada ni nadie y no podemos vivir. “Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero… Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.” Apocalipsis 22

FELIPE FOURNIER
8 julio de 2018